domingo, 28 de marzo de 2010

En penumbras

Me imaginaba que una cámara me filmaba desde un costado y hacía un plano detalle de esas manos que me abrazaban; mi cuerpo estaba sumergido en su pecho para que la luz que inundaba todos los espacios de su cuarto no me tocaran.

Siento una cámara que me filma desde arriba y hace un primerísimo primer plano de mis ojos mirando; simplemente mirando el techo de madera y las marcas que denuncian la edad en las que fueron talados esos arboles. Entra apenas un rayo de luz por las ventanas de mi cuarto y agradezco la oscuridad que me baña y da una tregua para poder estar todavía sumergida en mis sueños; me levantó y veo que por esas casualidades y nostalgias de domingo me creo que me queres.

Pero ahí se filtra el recuerdo de la vez que capitalizamos un sábado en conjunto y me despertaba un domingo amargo. En penumbras tu cuarto era muy parecido al mio, no me encontré en tu cama y pensé que era la última vez que amaneceríamos juntos.

Pero ni los cuartos iluminados que probé, ni las penumbras que compartimos significan despedidas si es el día de hoy que te cruzo en los pasillos poblados de gente, de ruido, de apuntes y se me sigue acelerando el corazón. Es ahí cuando rodean tus manos mis caderas, me hablas despacito y me vuelvo a creer que me queres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario